Por
Mónica Artico - Yolanda Bravo es una mujer de alrededor de 60
años; miembro de la comunidad boliviana y radicada hace más de 30 años en la
ciudad de La Rioja. Trabaja su tierra -una parcela de 20 x 20 mts-, cultiva,
cosecha y luego vende su producción. Relata que su salud se ha visto
visiblemente deteriorada por cargar bolsas de 10 kilos en cada brazo para poder
comerciar sus productos, actividad que desarrolla “puerta a puerta”.
Yolanda intentó obtener un puesto en la Feria del
Productor al Consumidor que tiene lugar los sábados en Plaza Facundo Quiroga de
nuestra ciudad Capital. Lamentablemente, según declara, las exigencias de los
organizadores municipales respecto al mínimo de producción requerida para
formar parte del sistema, es muy superior a lo que ella genera; quedando así excluida
de este espacio de comercialización cedido a pequeños productores.
Para estos compañeros trabajadores, es de enorme
importancia organizarse en cooperativas. Es una posibilidad que tienen al
alcance de su mano. Impulsarlos a informarse sobre estas cuestiones y facilitar
el camino hacia su concreción, es el deber de muchas organizaciones que, sin
embargo, suelen ser las encargadas de empañar la verdadera naturaleza de
organizarse; con acciones u omisiones que todos conocemos. Trabajar en este
sentido implica un verdadero desafío para quienes aún creemos en la libertad,
la igualdad y la justicia social.
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