viernes, 28 de febrero de 2014

El enigmático ultutuco riojano convoca investigadores extranjeros

El Centro Regional de Investigaciones Científicas y Transferencia Tecnológica (CRILAR-CONICET) de Anillaco, continúa este año su estrecha colaboración con tres importantes universidades del continente americano: la Universidad de Sao Paulo, Brasil; la Universidad de Toronto, Canadá y la Universidad de Alaska, Estados Unidos.

Investigadores de estas tres instituciones visitan regularmente el CRILAR desde hace algunos años, para colaborar científicamente con Verónica Valentinuzzi, directora del grupo de Cronobiología de este instituto.

Desde enero, por las calles de Anillaco se ve frecuentemente al norteamericano Loren Buck, al canadiense Martin Ralph y a los brasileños Gisele Oda, Vinicius Silva y Patricia Tachinardi excavando en busca de ultutucos, recorriendo la zona para observar y analizar sus riquezas biológicas y geológicas, y cada tanto, según nos comentan, interactuando con “la envolvente hospitalidad de los anillaquenses”.

Estos entusiastas científicos extranjeros participan en diversos proyectos de investigación, entre ellos el estudio del enigmático y semioculto ultutuco riojano. Esta especie es clave en el ecosistema árido por tener un importante papel en la fertilidad y estructura de los suelos, y por consiguiente en la flora de la zona.

Además, es un excelente modelo para estudios de ritmos biológicos y fisiología. Esto se debe al hecho que permanecen la mayor parte del tiempo bajo tierra, un hábitat con características particulares como ausencia de ciclos ambientales, atmósfera con poco oxígeno pero mucho dióxido de carbono y poco potencial para disipar calor.

Los ultutucos han adquirido a lo largo de su evolución una serie de características comportamentales y fisiológicas que les permiten adaptarse a estas condiciones, en las cuales otras especies no podrían sobrevivir. Los estudios se llevan a cabo tanto en las condiciones controladas del laboratorio como a campo en su hábitat natural.

El conocimiento adquirido tiene aplicaciones tanto para la salud humana como para el cuidado del frágil ecosistema desértico. Este grupo de investigadores promete continuar en los próximos años esta fructífera colaboración visitando regularmente el CRILAR de Anillaco.


Foto: De izquierda a derecha los investigadores Loren Back, de Alaska; Martin Ralph, de Toronto; Gisele Oda, de Brasil y Verónica Valentinuzzi del CRILAR.

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