Pasó la Chaya y la vida sigue

Por Félix R. Guerrero –El carnaval de La Rioja trae tradicionalmente, cada año, una carga múltiple de emociones, frustraciones, esperanzas y nostalgias de un pasado que nos parece que fue mejor: hemos ganado el confort que proporciona la tecnología, pero hemos perdido una naturaleza casi virgen, el valor sagrado de la palabra empeñada, el coraje de llamar a las cosas por su nombre y la justa cólera ante la mentira y el honor pisoteado.

Los riojanos somos tristes hasta cuando nos divertimos. En la senda de la vida, vamos dejando las huellas de una tristeza antigua que viene de lejos; al frente vamos empujando las tristezas de un destino amargamente incierto, desesperanzado, que nos hace volver la cabeza y recitar los versos de la Cantata Riojana:

No traicionemos el pasado,
fue de lucha, mas también fue de amor
He aquí el vino, ¡bebamos que lo dan nuestros lagares!
Y he aquí el canto, ¡nuestro canto! ¡Cantemos!

Este año, los copleros de Anjullón, hijos dilectos del “Cuero” Javier Vega y los copleros de Los Molinos siguen manteniendo viva la copla. También la participación de los músicos costeños nos mostró el enorme potencial artístico de nuestros pueblos. También  comprobamos la pobre valoración de las autoridades que aun no promueven con fuerza  a estos talentos.

Un atropello más
nos regaló este siglo
ni flechas ni alaridos
tampoco lanzas ni caballos.

Si, un atropello de tantos. Bebamos el vino, reguemos los curtidos rostros con la fecunda harina, pero no traicionemos un pasado que fue de lucha. No nos olvidemos que la minería extractiva está socavando nuestras raíces. El poder de turno quiere que nos aturdamos con alcohol y nos olvidemos de la tragedia y de la traición. Si callamos, concedemos.

Famatina es el nombre
de la nieve y el oro
y el Velasco la cumbre
de la piedra mayor
De viñedo y nogal, el oeste
de aceite el norte.

La Laguna brava está siendo pisoteada, hollada en su pureza y majestad por las babas de la ambición extranjera. El gobierno provincial oficia el ruin papel que le adjudicaron los poderosos consorcios mineros internacionales, el de entregar el más preciado tesoro de los riojanos: su agua  y sus montañas, su aire y su tranquilidad…a cambio de sucias quimeras.

Este es el rostro de una historia
heroica y larga
que afianza su dolor.
Rostro de un pueblo
de muchos pueblos
que en toda América
levantan su canción,
que en toda América
levantan su canción.

Esta es la historia escrita por los mejores hijos de La Rioja. Los heroicos, los puros, los que no dudaron en escribir con su propia sangre esta historia. Los que se avergonzarían ante tanta indiferencia y complacencia con el poder y desamor con su pueblo.

Los poetas se han alzado en canto 
Los plásticos arriesgan sus pinturas más allá de la flor y el colibrí.
Escritores, periodistas enarbolan la palabra al tope de la denuncia.

Para que nuestros hijos y nietos no sigan rezumando tristeza a cada paso, bebamos el vino corajudo que no aturde y empuja decidido al porvenir. 

Video: Chaya del Huayra en Pinchas, de Ángel Fuentes y flia.