jueves, 5 de enero de 2012

Por quién repican las campanas


(Repican  para que un Pueblo se ponga de pié). 

Por Félix R. Guerrero

Un cura, atento  a los deberes con Dios, toma la cuerda del campanario llamando a los feligreses a la Misa. Ese mismo cura, atento a los  deberes para con el pueblo, toma la cuerda del campanario y llama  a los pobladores a defender su vida y su dignidad. El obispo Angelelli, sonríe desde algún lugar del Universo.
Las fuerzas ocultas de mal habían “trasladado” al bullicioso cura, para que no dé el mal ejemplo de la solidaridad y el compromiso en Anillaco,  a que vaya a tocar campanas de palo a otra parte. Pero en el lugar de destierro no había campanas de palo ni pueblo sordo. Y el cura, que no es jorobado ni tañe por jorobar, hizo lo que Dios manda.

Entonces el diablo, que no duerme, cambió de táctica: enfrentar al pueblo con el pueblo. Convirtió en mercenarios por un puñado de monedas a un grupo de jóvenes necesitados a que fueran a provocar a las Asambleas. Tampoco funcionó. Los Asambleístas hicieron una sentada pacífica y no respondieron a las provocaciones.

 ¿Quién no echa una mirada al sol cuando atardece? ¿Quién quita sus ojos del cometa cuando estalla? ¿Quién no presta oídos a una campana cuando por algún hecho tañe? ¿Quién puede desoír esa campana cuya música lo traslada fuera de este mundo?   

“Ningún hombre es una isla entera por sí mismo.
Cada hombre es una pieza del continente, una parte del todo.
(…)Ninguna persona es una isla; la muerte de cualquiera me afecta, porque me encuentro unido a toda la humanidad; por eso, nunca preguntes por quién doblan las campanas; doblan por ti.”
                                                                                                      JOHN DONNE

La Rioja fue, es y será un pueblo minero, recita nuestro Gobernador. Fue y es un pueblo minero, con los resultados conocidos: una de las provincias más pobres  y subdesarrolladas del país. Pero como este pueblo es consciente  de que las promesas de gran prosperidad que se proclaman hoy, ya fueron pronunciadas hace tiempo y la Chaya de los Pobres sigue más vigente que nunca, no queremos ser un pueblo minero, un pueblo, que por un puñado de dólares de las empresas multinacionales, vea convertidos sus valles en  cementerios.

La clase política de La Rioja, ha probado los almíbares de la vida fastuosa: automóviles caros, viajes, lujos, despilfarro, y quiere vender el alma al diablo y el patrimonio de nuestras generaciones venideras a precio vil para eternizar su fiesta. Pero el riojano común, quiere ver crecer a sus hijos sanos y libres. No queremos ser colonia de los eternos conquistadores que 

No se han contentado aun de vaciar a  Nuestra América de sus riquezas y vienen por más. Los países del Primer Mundo ya han dilapidado las riquezas saqueadas de los países del Tercer Mundo y están en problemas. Los banqueros de la City no duermen y miran con codicia a Latinoamérica. Quieren llevarse lo que queda, a sangre y fuego.

Queridos compatriotas riojanos: ha llegado el momento de defender nuestras vidas, nuestra salud, nuestro futuro,  nuestra dignidad, nuestra riojanidad. Sigamos la senda de nuestros verdaderos caudillos: Quiroga, el Chacho y Felipe Varela. No sea que mañana las campanas doblen por la muerte prematura de los riojanos.-

1 comentario:

  1. haaaa que poencia elocuetica!!! Felicitaciones Felix.
    guille

    ResponderEliminar