martes, 5 de julio de 2011

AMERICA LATINA Y LA COSTA RIOJANA

Por Félix R. Guerrero

Nosotros, los Costeños estamos, respecto a Latinoamérica, más distantes culturalmente que geográficamente. Estamos hablando más bien de una distancia cultural, social y política. Paradójicamente, los pueblos del interior estamos viviendo una realidad social, cultural y económica más cercana a los pueblos latinoamericanos que a Buenos Aires, ciudad cosmopolita que aun no termina de dar un abrazo decididamente fraternal a los pueblos del interior…

En nuestros pueblos andinos, las pinceladas de progreso técnico-científico (internet, TV multicanal, automóviles  de última generación y alguna otra tecnología suelta), no alcanzan para afirmar que estamos en el primer mundo.
La clase política local, con sus ambiciones pequeño-burguesas, sus automóviles caros, algunos lujitos exóticos y sus desplantes feudales, viven el ensueño VIP, y hay algunos que les creen.

Si sumamos a este fenómeno la casi nula actividad cultural  en las localidades más desarrolladas del departamento, como lo son Aminga y Anillaco, con sus Bibliotecas Públicas cerradas y la ausencia de debates sustanciales en las instituciones y espacios públicos,  la conclusión es que estamos viviendo  una ficción que impide que salgan a la superficie los talentos que están escondidos en la mayoría de nuestros ciudadanos; que la capacidad de análisis se ejercite en aquellos temas que realmente nos conciernen; que asumamos de verdad nuestra verdadera identidad cultural, social y política.

Este fenómeno tan preocupante, mostró en estos días su más crudo espejismo: mientras la principesca boda de los decadentes príncipes de Mónaco entró en casi todos los hogares costeños, el presidente de la Bolivariana República de Venezuela Hugo Chávez se debatía en una grave enfermedad y casi nadie estaba enterado, o lo estaban pero la noticia no importó gran cosa.

El veterano líder revolucionario Fidel Castro dijo de Chávez y su Gobierno. “El presidente de Venezuela es uno de los hombres que más ha hecho por la salud y educación de su pueblo. No se trata en absoluto de que ese país careciera de médicos, por el contrario, los poseía en abundancia e incluso entre ellos profesionales de calidad, como en otros países de América latina. Se trata de una cuestión social. Los mejores médicos y los más sofisticados equipos podrían estar, como en todos los países capitalistas, al servicio de la medicina privada. A veces ni siquiera eso, porque en el capitalismo subdesarrollado, como el que existía en Venezuela, la clase rica contaba con medios suficientes para acudir a los mejores hospitales de Estados Unidos o Europa, algo que era y es habitual sin que nadie pueda negarlo.

Gracias a sus profundas revoluciones bolivarianas y martianas, Venezuela y Cuba son países donde la salud y la educación se han desarrollado extraordinariamente. Todos los ciudadanos tienen derecho real a recibir gratuitamente educación general y formación profesional, algo que Estados Unidos no ha podido ni podrá garantizar a todos sus habitantes.

Estas palabras estarían de más si no mediara la odiosa y repugnante campaña desatada por los medios de difusión masiva de la oligarquía venezolana, al servicio de ese imperio, utilizando las dificultades de salud que atraviesa el presidente bolivariano.” 

Esta noticia no es tan ajena a nuestra realidad, si tenemos en cuenta que en el Hospital Distrital de Anillaco, aun no podemos gozar de los servicios de Rayos ni Laboratorio. Servicios estos, que sí tiene garantizada la clase política responsable de la Salud Pública. Valga la comparación.
                                                                                           
Imagen: Pintura de Maricel Andrada

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