domingo, 29 de agosto de 2010

MEDIO AMBIENTE EN LA COSTA


Nota de opinión por Félix Guerrero
La salud del medio ambiente está íntimamente relacionado con el clima: interactúan y se modifican mutuamente. La actividad humana afecta a ambos mediante la emanaciones de gases y desechos tóxicos a la atmosfera ya sean  los producidos por la industria (a partir del siglo XIX en adelante), o bien los residuos  de agroquímicos producidas por la actividad agrícola: Pesticidas, herbicidas y también bombas de nitrato de plata para deshacer nubes con probabilidades de arrojar granizadas sobre los cultivos...
Las consecuencias de esta violenta intervención humana en contra de los delicados ecosistemas, no se hicieron esperar. Desde algún tiempo se vienen registrando drásticos cambios climáticos que tienen que ver con un proceso de escases de lluvias y paulatina desertización de los campos colindantes a las poblaciones costeñas como así también la desaparición de varios especímenes de la flora y fauna autóctonas (víbora de la cruz, suris, chuñas y otras más). El famoso microclima costeño está dejando de serlo.
El año pasado se presentó con un invierno muy benigno y con un verano muy seco y caluroso que no dejó fructificar a las higueras y otros frutales. A consecuencia de la sequia y el calor, quedaron los campos sin ningún pasto silvestre para que se alimente el ganado que se cría en nuestros campos. Vemos deambular fantasmas astudos que nos recuerdan la caricatura de una vaca. Este año se presenta con un invierno con escarchas, nevadas y alguna tímida llovizna en las cumbres; más la promesa de un verano con algunas precipitaciones pluviales.
No obstante, la espada de Democles pende sobre nuestras cabezas, las cabezas de los ganados y sobre la cabeza de todo bicho vivo coleador o no, que manifieste signos vitales.
La espada que mencionamos tiene el sello de Monsanto, el de los herbicidas cancerígenos, y también el de la Gold Barrik con sus cielos abiertos a la contaminación.
Así estamos: consternados e impotentes, pero algo hay que hacer. Por lo pronto y atendiendo los consejos oficiales, calmarnos y despreocuparnos: nuestras autoridades en defensa del Medio Ambiente nos protegen. ¿Dije bien?

                                                                              

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